No hay dudas de que las familias han cambiado. Al igual que sucede con la cuestión de género, los estereotipos de familia ya no son viables y podemos hablar de diferentes estilos de familias. Entre ellas nace el concepto de coparentalidad, y un nuevo formato de familia aparece a la luz de este siglo. ¿Qué es la coporantalidad?
Muchas personas la confunden con la tenencia compartida pero lejos está de esta realidad. Más allá de que una pareja se distancie, la tenencia compartida habla de una pareja que tiene uno o varios hijos en común y que, luego de una separación o divorcio, deciden compartir el cuidado y las necesidades de los niños de manera compartida. Asumiendo así las responsabilidades físicas, económicas y emocionales de los niños en partes iguales. Pero no es el caso de la coparentalidad, que está dentro del marco de lo que son llamadas “nuevos formatos de familias”.
Comprender la coparentalidad
Supongamos que Marta tiene 45 años y que siempre ha soñado con ser madre. Ella sabe que suenan las alarmas de su reloj biológico pero no hay cita de Tinder que salga bien. Hace un par de años finalizó una larga relación en pareja y desde entonces está sola. Tiene diferentes citas pero no encuentra pareja. Y además está la cuestión de que ella quiere un compañero, no es que busca un padre para su futuro hijo. Ella lo quiere todo: una pareja que la ame y sea compañera y que, además, por supuesto, quiera tener hijos.
Marta sabe que la apuesta no es fácil pero no está dispuesta a desistir. Sus amigas le sugiere que utilice los óvulos que ella ha congelado cuando cumplió los 40 pero no es eso lo que ella sueña. No quiere que su futuro hijo no tenga un padre, tampoco quiere traer sola un hijo al mundo…
Los caminos de Marta parecían cada vez más angostos hasta que un día escuchó hablar de coparentalidad, una nueva forma de concebir un hijo que garantiza la presencia de dos progenitores para la concepción y el cuidado del peque. ¿Qué es la coparentalidad? La decisión de dos personas de tener un hijo juntos aún sin estar en pareja. Puede ser una mujer y un hombre, dos hombres o dos mujeres. No importa el sexo sino la decisión de dos personas de unirse para tener un hijo y criarlo en común, sin que exista entre ellos un vínculo amoroso.
Dentro de los nuevos formatos de familia, dos personas pueden formar una familia a través de la coparentalidad. Tan sólo se trata de tener el deseo profundo de tener un hijo o bien de ayudar a alguien a cumplir con su deseo, siempre y cuando se acepte cuidar a ese niño a futuro. A diferencia de la donación de óvulos o esperma, en este caso los participantes asumen el rol paterno/materno y el cuidado del bebé. Con la diferencia de que la pareja de padres están unidos solo por este rol.
Diferentes tipos de coparentalidad
Este formato de familia es nuevo y por eso presenta variantes. La coparentalidad nace del deseo de dos personas de transformarse en padres pero la creatividad es un gran punto a favor de este modelo de familia. No hay reglas fijas: en algunos pasos las personas deciden criar al niño en la misma casa y en otras seguir el régimen de tenencia compartida.
Están los casos de dos amigos que deciden unirse para traer un niño al mundo y pautan reglas sobre el cuidado del bebé de antemano, pudiendo organizarse como mejor lo deseen. Luego están las parejas del mismo sexo que recurren a la fertilización asistida para lograr el embarazo y luego crían al niño en común.
Uno de los aciertos de la coparentalidad es que, a diferencia de las personas separadas, es posible poner reglas de antemano en relación a la crianza y demás. Dado que desde el comienzo se sabe que se trata de dos personas que no son pareja y funcionan de manera independiente a pesar de tener un niño en común.