Un bajo rendimiento escolar puede estar causado por diferentes motivos y en cualquier caso, es necesario investigar cuál es el problema para poder atajarlo a tiempo. Los problemas del sueño son una de las principales causas de las dificultades escolares, ya que, la falta de un buen descanso puede producir diversos trastornos como falta de atención o concentración entre otros.
Que los niños descansen bien y tengan una buena rutina de sueño es fundamental para su correcto desarrollo. Está demostrado que los problemas de sueño afectan a nivel emocional, neuronal y físico. Cuando los niños no duermen bien, están más irritables, sufren cambios de humor, muestran estrés y les cuesta más mantener la concentración y la actitud positiva.
Una buena rutina de sueño
Si los niños se acostumbran a tener una buena rutina de sueño, podrán descansar correctamente cada día y preparar así su cuerpo y su cerebro para asimilar toda la información que recibirán a lo largo del día. Cuando el día de los niños está bien estructurado y planificado, su organismo se adapta a estos horarios de forma que lanza las órdenes correctas en el momento oportuno.
Es decir, las rutinas permiten que las necesidades del niño se cubran en el momento oportuno. Por lo que es fundamental que el día a día de los niños esté debidamente organizado, para que puedan adquirir buenos hábitos que les ayuden a crecer y desarrollarse correctamente. Un ejemplo de buena rutina de sueño podría ser la siguiente:
- El baño antes de cenar para que vayan bajando las revoluciones.
- Una cena ligera, sin televisión ni ninguna otra distracción más que la comida y la charla familiar.
- Leer un cuento en la cama, con una luz tenue para que el niño se relaje antes de alcanzar el sueño.
- Dormir solo en su cama.
Todo esto es esencial que se realice a horas similares cada día, para que se convierta en un hábito saludable. Los niños deben dormir entre 9 y 10 horas diarias para que su cuerpo pueda prepararse para afrontar el día siguiente. Si deben levantarse temprano para desayunar con tranquilidad (y sobre todo que sea un desayuno completo), los niños no deben acostarse tarde para poder cubrir esos horarios.
Cómo los problemas del sueño puede interferir en el rendimiento escolar
Cuando no duermes bien, te levantas con el cuerpo cansado y sin energía. El lugar de moverte, vas arrastrando tu cuerpo realizando las tareas diarias de forma automática, sin fijarte bien en lo que estás haciendo y sin prestar atención. En el caso de los niños, esto supone un grave perjuicio para su desarrollo, ya que al no prestar atención a lo que están haciendo, no estarán aprendiendo ni asimilando tales conceptos.
Realizar una tarea y salir del paso sin comprender bien qué es lo que están haciendo, supondrá un problema académico a corto plazo. Ya que, no serán capaces de realizar sus trabajos de forma independiente porque no habrán sido capaces de asimilar los conceptos debidamente. La falta de sueño es una de las principales causas de los problemas de atención, en niños que no presentan trastorno del déficit de atención o cualquier otro trastorno del espectro autista.
La alimentación y su relación con el sueño
La alimentación juega un papel fundamental en todos los aspectos del desarrollo del niño. Para que la rutina de sueño sea correcta, también es necesario que la alimentación del niño sea variada, equilibrada y saludable. Productos como refrescos y bebidas carbonatadas, chocolatinas, snacks salados o chucherías industriales, contienen gran cantidad de azúcares y sustancias excitantes que impiden que el niño pueda descansar correctamente.
Evita que tus hijos tomen este tipo de productos poco saludables, ya que además de interferir en su rutina de sueño, pueden causar graves problemas de salud, como la obesidad infantil o la diabetes entre otros. Procura que la cena sea ligera y que incluya alimentos ricos en triptófano (como el plátano o el huevo) una sustancia que les ayuda a descansar y dormir mejor.