No es algo frecuente pero puede ocurrir de tanto en tanto. Mi bebé está afónico y lo descubrimos cierta mañana al despertar y sin comprender bien que pudo haber sucedido. O bien lleva varios días con catarro hasta que uno de ellos aparece una pequeña disfonía que se advierte cuando emite sus sonidillos típicos de bebé. O bien cuando llora o grita.
La afonía en los bebés no es algo inusual y es por eso que es bueno saber de qué se trata y conocer las razones por las que un bebé está afónico. Más allá de la información, nunca está de más consultar con vuestro pediatra de cabecera quien aclarará las dudas y realizará un correcto seguimiento de ser necesario.
¿Está afónico o disfónico?
Lo primero que hay que saber es que cuando hablamos de un bebé afónico hacemos referencia a un niño que no puede emitir sonidos. Es importante distinguir entre la afonía y la disfonía. Mientras que la primera ocurre cuando un bebé no puede balbucear, llorar o emitir sonido alguno, la disfonía está asociada a la ronquera. Es decir que el bebé sí puede emitir sonidos aunque no de manera corriente.
Uno de los aspectos más importantes a la hora de analizar cuando el bebé está afónico o disfónico es verificar si existen síntomas asociados. En el caso de la disfonía, puede ocurrir luego de una larga sesión de llanto o gritos. La ronquera también puede aparecer si hubo cierta exposición a algún factor climático. Ya sea que se trate de una u otra, los síntomas asociados son muy importantes a la hora de descubrir si la afonía se debe a alguna enfermedad de fondo.
Más allá de la diferencia entre un bebé afónico o disfónico, ambas condiciones están asociadas dado que la disfonía puede o suele dar lugar a la afonía. En ambos casos, hablamos de una inflamación de las cuerdas vocales, sólo que en el caso de la afonía esta es más intensa, lo que lleva a la pérdida completa de la voz. Esto impide que las cuerdas vocales vibren de manera correcta impidiendo la emisión del sonido.
Síntomas asociados al bebé afónico
Un bebé que está afónico puede sentirse muy bien y haber manifestado alguna respuesta alérgica a algo. O bien pudo haber estado expuesto a ciertas sustancias irritantes presentes en algún ambiente. La afonía del bebé también puede estar asociada al reflujo gastroesofágico. Si hay otros síntomas presentes, es bueno hacer una consulta.
La fiebre, la tos o la dificultad para respirar junto a la aparición de afonía o disfonía puede hablar de algún tipo de infección en las vías respiratorias. Es el caso de la laringitis o la laringotraqueaetis. Otro síntoma que pueden presentarse junto a la afonía es la mucosidad nasal.
Si se trata de un trastorno producido por un exceso de gritos o llanto, el reposo será la mejor opción. Intenta que el bebé no llore y que permanezca tranquilo para así lograr que se recupere la inflamación de sus cuerdas vocales. En algunos casos, es posible recurrir a los antiinflamatorios, si el médico así lo considera. Es importante mantener al bebé afónico bien hidratado y en ambientes secos dado que el grado de humedad ambiental mejora o empeora el cuadro.
Qué hacer
Más allá del caso, si registras que el bebé está afónico, obsérvalo y, ante la menor inquietud, consulta con el médico. Si bien en la mayor parte de los casos se debe a los trastornos anteriormente mencionados, la repetición de la afonía o la gravedad puede derivar en otros problemas. Los nódulos o pólipos son lesiones en las cuerdas vocales que se detectan porque la afonía es uno de los grandes síntomas.
Por otra parte, un bebé afónico puede relacionarse también con un proceso asmático. Por esta razón, lo mejor es despejar las dudas realizando los estudios pertinentes por parte de un especialista. No es cuestión de alarmarse sino de estar atento a los síntomas que presentan los bebés a diario.