Dentro de las diferentes ramas de la psicología y la pedagogía, está la sistémica, una propuesta muy interesante que ha sido adoptada en el mundo entero. Si aún no has oído hablar de ella, es una de las corrientes más conocidas dentro del ámbito de la psicología. Adoptada por millones de personas en el mundo, en algunos países es la corriente más usada, por encima del psicoanálisis. Hoy descubrimos qué es la pedagogía sistémica y cuáles son sus características.
El punto de partida de la pedagogía sistémica es, tal y como lo dice la palabra, el sistema. Se trata de una forma de ver el desarrollo humano a partir de un individuo que no vive de manera independiente sino que está insertado en un sistema particular.
Pedagogía sistémica y el rol social
Si para el psicoanálisis o el conductismo la importancia está en el individuo –el cual es conceptualizado de manera independiente- la gran diferencia de la pedagogía sistémica es que se basa en considerar al individuo como parte integral de un sistema. Y con sistema, se entiende el grupo familiar, la escuela, la comunidad en la que vive, etc.
A diferencia de otras ramas de la psicología, la sistémica va por el costado social. Sus bases se asientan sobre la idea de que no existe un individuo aislado. Sino que ese ser está inmerso en un sistema que interacciona con él en su día día. Así, el sistema tiene incidencia sobre el individuo y, al mismo tiempo, el individuo incide en el sistema. La pedagogía sistémica se basa en la organización, visualización y comprensión de un todo, desde la familia a la escuela, los valores, la comunidad, etc.
El aporte de la pedagogía sistémica
Uno de los grandes aportes de la pedagogía sistémica a la hora de educar es que su mirada se ubica entre la familia y la comunidad o escuela. Así la educación, es concebida desde el lazo que existe entre el niño, su familia y la escuela. En este sentido, el niño es concebido como parte de un sistema particular que es la familia, a partir del cual ha adoptado información, costumbres, valores etc.
Dentro de la sistémica, el docente o escuela debe prestar atención y conocer los pormenores de cada familia para así conocer el sistema particular de cada niño y los valores y conductas puestas en juego. Con esta información, es posible que la escuela pueda acompañar mejor la educación del peque. Al tiempo que se comprenden con mayor facilidad las conductas y habilidades del niño.
Otro de los aspectos centrales de la pedagogía sistémica es que se evita la exclusión. Cada niño es considerado un ser con particularidades propias fruto de su sistema personal. Así, se trata de incluir todos los aspectos del niño, procurando equilibrar las actitudes más disruptivas. Las escuelas que trabajan con sistémica lo hacen en conjunto con la pedagogía tradicional. Ambas van de la mano pues la pedagogía sistémica permite conocer a los padres y el entorno del niño para así comprender mejor la naturaleza de cada niño.
Se realizan entrevistas y reuniones para dar cuenta de aspectos básicos que sólo la familia conoce. Esto permite que se conozcan las peculiaridades de cada estudiante y la historia de vida de cada niño. Son estos datos los que ayudarán a resolver problemas que pudieran aparecer. Entonces, trabaja la escuela y la familia en conjunto para así desarrollar el potencial del niño. Por otra parte, se pretende tener una mirada abarcadora para así comprender el contexto y cultura de cada niño y como estos le afectan y determinan. Conociendo el background familiar y personal será posible favorecer actitudes positivas. Además, se busca reencausar las conductas negativas, transformádolas en valores y potencialidades.
La pedadogía sistémica es una rama de la pedagogía cada vez más utilizada debido a sus enormes posibilidades.