Un recién nacido en casa es como caminar a ciegas y sin brújula alguna. Pequeños ruidos, llantos que desorientan a los padres una y otra vez. Durante los primeros meses, los cólicos afectan a muchos bebés cuyo sistema digestivo se está adaptando y madurando, un proceso que puede demandar algo de tiempo. Pero hay otros trastornos menos conocidos, como la disquecia ¿Qué es y cómo se manifiesta la disquecia?
Hay cierto desconocimiento acerca de este problema aunque es más frecuente de lo que imaginas, por eso hoy centramos nuestra atención en ella.
Hablemos de disquecia
Quizás lo hayas confundido con un cólico: tu bebé se pone tenso cuando quiere hacer caca. Lucha y lucha, se esfuerza y nada. Finalmente, lo logra y se distiende pero la caca es líquida. ¿Hay que encender las alarmas? No te asustes, se trata de disquecia del lactante, una dificultad bastante común pero sobre la que no conocemos tanto.
¿Qué es la disquecia? Se trata de una dificultad para defecar que se produce porque al bebé aún no logra coordinar los músculos que están implicados en dicho proceso. Como sucede con otros procesos, en ocasiones los bebés necesitan de cierto proceso de madurez para incorporar o aprender ciertas funciones. Defecar es una de ellas, proceso en el que están implicados una serie de músculos, que requieren de cierta coordinación. Cuando no la logran, aparece la disquecia, que se manifiesta con esta dificultad para realizar las deposiciones.
En la disquecia del recién nacido el aumento de la presión abdominal que normalmente ayudaría a expulsar las heces se “choca” con el aumento en la presión de los esfínteres, por una falta de coordinación. ¿Cómo se produce la disquecia? Es simple: el bebé comienza a presionar el abdomen pero al mismo tiempo manteine cerrado el esfínter anal, por lo que el bebé siente la necesidad de expular pero al mismo tiempo retiene, lo que le produce dolor y nerviosismo.
Síntomas de la disquecia
Si bien no se trata de una afección ni nada grave, este trastorno del bebé puede resultar muy molesto y doloroso. ¿Cómo se manifiesta la disquecia? Entre otros síntomas de la disquecia, aparecen los llantos y el nerviosismo, el bebé además se pone rojo y grita ya que siente ganas de defecar pero no logra hacerlo y debe realizar un gran y doloroso esfuerzo. El nerviosismo también afecta a los padres, que no saben cómo calmar al bebé.
Es común confundir la disquecia del bebé con el estreñimiento pero no son iguales ya que, en el caso de la disquecia, el problema está en la dificultad de coordinación de los músculos, no en la dificultad de evacuar. Una forma de detectar la diferencia es que, en el caso de la disquecia, la caca es blanda y/o líquida mientras que en el estremiento, las heces son duras y secas, por lo general en forma de bolitas.
Cómo aliviar los síntomas
La disquecia afecta al bebé durante los primeros seis meses de vida aunque la buena noticia es que el problema se resuelve de manera natural y a medida que el niño madura. Mientras tanto, puedes incorporar algunas estrategias para aliviar la disquecia.
Lo primero es calmar al bebé sosteniéndolo y poniéndolo en el pecho para que se sienta relajado. Cuando el bebé está relajado su esfínter tiende a abrirse.
También puedes mover sus piernitas, doblándolas hacia arriba para así ayudarlo a abrir el esfínter. Los masajes en la zona del abdomen son otro recurso válido pues así estimulas la zona para que el abdomen se mueva y así impulse el esfínter. Recuerda hacer todo con mucha calma pues esto es lo que más ayudará a tu bebé a que pueda relajarse y así abrir la zona y expulsar las heces.
Recuerda que la disquecia del bebé es un trastorno temporal que se supera con tiempo y paciencia así es que recuerda examinar las heces para así reconocer el trastorno y sentir tranquilidad que es algo pasajero.