Tipos de diversidad funcional

Diversidad funcional

¿Qué es la diversidad funcional? Recibe este nombre el conjunto de problemas o condiciones que pueden dificultar la vida cotidiana de un niño o una niña. De acuerdo a la Organización Mundial de la Saludo (OMS), la discapacidad funcional describe a quienes presentan problemas que afectan a su estructura corporal así como limitaciones para llevar a cabo acciones cotidianas o bien para mantener relaciones sociales con los iguales. Por su amplitud, hablamos además de tipos de diversidad funcional, pues el término engloba varias condiciones.

El nombre diversidad funcional reemplaza a lo que antes era conocido como «discapacidad». Es un término más actual que encierra un conjunto de problemáticas y condiciones pero cuyo punto de partida es muy diferente. Este término hoy tiene una mayor aceptación social. O, como dicen algunos, es el término «políticamente correcto» para hacer referencia a lo que antes se conocían como «discapacidades«. La diversidad funcional brinda una mirada más democrática e igualitaria. La palabra diversidad remite a la individualidad de cada ser humano. En tanto, el término «discapacidad» hace referencia a una supuesta «falta» en relación a cierta «normalidad», algo que hoy día ha quedado obsoleto.

Hablemos de diversidad funcional

Más allá de los tipos de diversidad funcional, es importante saber que este concepto aborda tres grandes aspectos. Por un lado, la deficiencia, es decir la pérdida de una estructura o función, ya sea mental o física. Por otra parte, está la discapacidad, es decir la restricción o ausencia total de una determinada actividad. Y por último está la minusvalía, que es cuando una persona presenta una situación desventajosa consecuencia de una deficiencia o discapacidad que afecta su vida diaria.

Diversidad funcional

A partir de estos aspectos, se puede luego diferenciar los tipos de diversidad funcional, que pueden ser muy diferentes unos de otros de acuerdo a aquéllo que se ve afectado. Así, existem 5 tipos de diversidad funcional: motriz, visual, auditiva, instelectual y psíquica, y multisensorial.

Tipos de diversidad funcional

Es difícil comprender a fondo sobre este tema si no hacemos mención a los diferentes tipos diversidad funcional pues cada una de ellas implica diferentes desafíos. La física o motriz implica una discapacidad física que limita o dificulta la realización de ciertos movimientos, como puede ser el desplazamiento, la manipulación de objetos y hasta la respiración. La misma puede obedecer a diferentes circunstancias, desde problemas óseos o musculares hasta accidentes. También como consecuencia de ciertos problemas en la corteza motora. La diversidad funcional motriz es frecuente en niños/as con esclerosis múltiple, lesión medular, espina bífida, parálisis cerebral, distonía muscular y acondroplasia.

La diversidad funcional visual incluye tanto a la ceguera como a los problemas leves de visión. Incluye a niños/as con cataratas, estrabismo, inflamaciones en los ojos, etc. Dependiendo la gravedad, puede ser un problema para desarrollar la vida diaria. La diversidad auditiva está vinculada a los problemas o dificultades para escuchar, algo que puede ser muy leve y no afectar la vida cotidiana o, en los casos más graves, llegar a la sordera.

En muchos casos, tanto los problemas visuales como los auditivos pueden provocar trastornos en el aprendizaje. Más allá de la hipoacusia, puede existir una discapacidad auditiva que afecte la vida diaria, algo que, por ejemplo sucede a la hora de desarrollar la oralidad. Si el niño o niña no escucha bien, tendrá mayores dificultades para adquirir y comprender el lenguaje.

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Diversidad funcional intelectual y multisensorial

La diversidad funcional intelectual es el cuarto tipo y describe a aquéllas personas con trastornos psíquicos que afectan su funcionalidad y vida cotidiana. Cuando aparecen dificultades cognitivas hablamos de una discapacidad. Si antes se hablaba e «retraso mental», hoy los problemas de adaptación y dificultades de aprendizaje remiten a la diversidad intelectual y psíquica.

La discapacidad intelectual puede afectar el desarrollo tanto intelectual como físico y psicológico. Ejemplos de esta condición son el Síndrome de Down. La diversidad intelectual remite a la inteligencia mientras que la psíquica a la comunicación y las interacciones sociales que afectan el comportamiento adaptativo pero no están vinculadas a la inteligencia. Es el caso del trastorno bipolar o la ezquizofrenia.


Por último, está la diversidad multisensorial abarca a las personas con problemas auditivos y visuales. El síndrome de Usher es el más conocido y se trata de niños/as que nacen con problemas auditivos que en su adolescencia además pierden la vista.


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