¿Por qué educar a los chicos y las chicas en el consentimiento?

Thordis Elva y Tom Strangers se conocieron hace más de 20 años, y aunque su relación se inició como lo podría haber hecho cualquier otra protagonizada por 2 adolescentes, un hecho traumático acabó con ella… pero no para siempre. Tom tenía 18 años y Thordis 16, y estaban en Islandia (lugar de nacimiento de la chica y destino de un intercambio estudiantil para él). Un día de fiesta Elva fue violada por el que era su novio, no tardaron en romper, y cuando él acabó el programa de intercambio, regresó a Australia.

En este post quiero hablar sobre el consentimiento sexual, algo que creemos implícito en cualquier relación, pero no lo está en la práctica, y de hecho una de cada cinco violaciones que sufren las mujeres en España está perpetrada por alguien a quien la víctima conoce (la media europea aún es más preocupante). Antes acabaré con el resumen de la historia que me ha inspirado: Thordis sufrió secuelas físicas y psicológicas, como es de suponer las segundas se prolongaron durante varios años. Y su vida tomó en cierta forma un giro inesperado cuando le escribió una carta a Tom; el hombre reconocía su responsabilidad en lo que ocurrió, pero además se sinceró: la culpa se había convertido en una compañera.

En el enlace se puede acceder al vídeo de un TedWomen en la edición de 2016: se han propuesto alzar la voz para que la violencia sexual pase a ser un asunto de todas y todos, y no solo de las mujeres. Juntos también han escrito un libro sobre la experiencia que comparten [no solo la violación sino el acercamiento al cabo de los años, se llama “South of Forgiveness” (algo así como “Al sur del perdón”)]. Me gustaría resaltar una parte de la conferencia Ted, cuando Tom habla del día en que violó a su compañera, de alguna tomó la decisión de dejarse llevar por ciertas influencias negativas, lo cual le hizo creer merecedor de la voluntad y el cuerpo de Thordis; y ello ocurrió a pesar de que durante su desarrollo había estado influenciado por buenos ejemplos de trato a la mujer.

Es precisamente lo que acabo de comentar, lo que justifica la necesidad de incluir el consentimiento en la educación sexual.

Consentimiento sexual, ¿por qué es necesario?

Más allá de la edad de consentimiento legal (actualmente en 16 años), es necesario trasladar la idea de relaciones sexuales saludables. El consentimiento forma parte de los derechos sexuales fundamentales y atañe a toda la sociedad: no solo a las mujeres, también (y sobre todo) a los hombres. Es frecuente observar a padres y madres preocupados cuando la hija crece, y fruto de esa preocupación surgen los consejos de autoprotección; sin embargo sólo la cultura del consentimiento puede combatir la cultura de la violación, por eso cuando se tienen hijos varones también debemos esforzarnos por contarles que no son ni serán dueños del cuerpo de nadie, y que cualquier relación sexual es más sana (y más satisfactoria) si existe acuerdo explícito.

Y además del acuerdo explícito se pueden tener en cuenta otras consideraciones como el derecho de una de las partes a cambiar de opinión, o el respeto a una persona que no es plenamente consciente de sus decisiones debido a los efectos del alcohol, o por otro motivo. “No es no”, es tan fácil que se antoja un poco estúpido tenerlo que explicar pero resulta que nuestros jóvenes crecen rodeados por mensajes procedentes de lo que llamamos la “cultura de la violación”. Normalizar el acoso callejero, atribuir la culpa de la violencia sexual a la víctima por su forma de ser o de vestir, letras de canciones, banalización del trato a la mujer en las redes sociales, y así…

Más chicas de las que piensas son violadas, y no siempre por un desconocido en un callejón; menos chicas de las que piensas hablan sobre su experiencia. Una mujer no tiene que estar disponible para cuando un hombre (el que sea) quiera sexo con ella. Nosotras también tenemos nuestros deseos sexuales, pero es nuestro derecho mantener las relaciones que queramos, con quien queramos, y en el momento que queramos.

Explicándome un poco mejor.

He hablado del acuerdo, aunque no me refería a ningún tipo de contrato escrito entre las partes. Veréis, es tan fácil como:

La chica quiere: entonces hay acuerdo, claro que dentro de la relación a mantener también una y otro deben poder expresar sus deseos y esperar que estos sean satisfechos. Por ejemplo si eres hombre y estás teniendo relaciones con una pareja sexual, debes tener en cuenta que lo que quiere la otra parte es tan importante como lo que deseas tú, que si manifiesta con expresión no verbal que siente dolor o está a disgusto, eso significa que deberías parar y preguntarle.


No hay acuerdo cuando:

  • La mujer no quiere sexo.
  • La mujer dice que quiere sexo pero cambia de idea, da igual que ambos hayan empezado a desvestirse: el respeto a la voluntad prevalece sobre detalles nimios.
  • La mujer dice sí, pero coaccionada: “si no tienes sexo ahora es que no me quieres”, “¿cómo es que no te apetece si habías dicho que no?”, “¿cómo es que no te apetece si ayer querías?”, …
  • La mujer tiene muchas dudas: mejor que se aclare primero.
  • La mujer está borracha e intenta negarse a la relación.
  • La mujer está inconsciente por haberse pasado con alcohol u otras drogas, o cae inconsciente mientras se mantiene la relación.
  • Podría seguir pero es tan fácil como entender y aceptar que no es no, y además todo lo que no sea SI, también es NO.

También puedo explicarlo de otra forma: también es violencia sexual que se fuerce a la pareja a una relación sexual. Pero ¿por qué estoy hablando siempre del consentimiento de la chica?, obviamente cualquiera de los dos ha de consentir, lo que ocurre es que hay más mujeres víctimas de violencia sexual, esto es así, no podemos ahora ponernos a “tirar balones afuera”. El siguiente vídeo de Blue Seat Studios os va a encantar 🙂 :

La falta de consentimiento va en contra de los derechos sexuales de las mujeres.

La Revista Mexicana de Sociología publica un artículo titulado Consentimiento sexual: un análisis con perspectiva de género, en el que se afirma que “dar o conseguir aprobación es tema serio, las consecuencias de aceptar o de no tener otra opción, ni más opciones, de no tener la fuerza para negarse…, recae sobre nadie más que ellas”. Y en este sentido vuelvo a una idea enunciada anteriormente, que es la de entender esta cuestión como de toda la sociedad, y no solo de las mujeres.

Transmitir un mensaje muy claro a las niñas… y a los niños.

Las relaciones sexuales están llenas de sutilezas, pero es importante que quede claro el tema del consentimiento, y que las niñas no crezcan pensando que deben complacer, que deben evitar según que ropa, que su voluntad no tiene validez, etc. Y esto es porque puede que con el paso de los años se encuentren con situaciones indeseadas, y es mejor detectarlas y negarse a tiempo. Como hemos dicho una mujer puede ser violada pro su novio o su marido, ¿qué cómo es eso?, pues es tan fácil como que ser pareja de alguien no da el derecho de tener sexo con esa persona según las propias apetencias.

Cualquier niña debe recibir en algún momento el mensaje de que es dueña de su cuerpo, cualquier niño debería escuchar en algún momento que el cuerpo de las que serán sus parejas, no le pertenece.

Yo lo tengo claro: acompañar el desarrollo sexual de las niñas y los niños, es también hablar claramente del consentimiento, y hacerles ver que jamás una relación será igualitaria y satisfactoria si una de las personas que forman parte del la relación, es obligada implícita o explícitamente a hacer algo.


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