El 22 de abril se celebra el Día Internacional de la Madre Tierra, fecha que conmemora la importancia de cuidar el planeta de todas las formas posibles. Este día, invita a repensar el vínculo con la Tierra y la naturaleza, para así lograr un cambio hacia una economía más sostenible, que garantice una mayor armonía entre los seres humanos y el planeta. ¿Es saludable que un niño se ensucie con tierra? Sin dudas, hay muchos beneficios y razones para que tu hijo juegue en la tierra.
Nada más divertido que jugar en la naturaleza y aprovechar todo aquello que a un niño le llama la atención. Tocar el pasto, meter los dedos en el barro, ver como a una flor se le vuelan los pétalos con el viento. Experiencias únicas para vivir una infancia feliz.
Razones para tocar la tierra
Hay muchas formas de cuidar el planeta y el Día Internacional de la Madre Tierra se ocupa de recordarnos el respeto que debemos tener con nuestro planeta pero no sólo desde un punto de vista ecológico sino desde el amor y la empatía hacia todo aquello que nos rodea. Permitir que los niños toquen la tierra y puedan jugar en ella es una sana manera de convocarlos a sentirse libres, a poder explorar lo que tienen a su alrededor, a aprender a través de los cambios constantes que se suceden día a día.
Hay muchas razones para que tu hijo juegue en la tierra aunque lo primero es que una sana exposición a las microbacterias provoca un fortalecimiento del sistema inmunológico, algo esencial para lograr que un niño de corta edad pueda tener un sistema de defensas alto. Cuando esto no ocurre, las células destinadas a combatir a los agentes externos no tienen de qué ocuparse. Cuando en un momento aparece un agente externo, estas células reaccionan por demás y se producen alteraciones, como pueden ser alergias, reacciones en la piel o asma. Por esto mismo, que un niño pueda estar en contacto con todo lo que lo rodea es sano para así fortalecer su sistema inmune.
Jugar la tierra: aprendizaje y aventura
Más allá de las razones médicas, la exploración del suelo es otra de las razones para que tu hijo juegue en la tierra. Poder tocar, crear, desarmar, apretar y demás lo llevará a descubrir un nuevo mundo y fomentar la creatividad y el juego. Los niños gustan de armar figuras con la tierra, en especial si hay agua a su alrededor. ¡El barro es una fiesta para los peques! Siempre que haya una ducha cerca, permite que tu hijo se divierta modelando.
Otra de las razones para que tu hijo juegue en la tierra es la libertad que entra en juego en el acto de hacer lo que quieren. Poder quitarse los zapatos y chapotear en el barro o ensuciarse en la tierra brinda una sensación de felicidad que todo niño debe experimentar.
A esto hay que sumar armonía que deviene del acto de jugar en la tierra. Todos hemos experimentado la relajación que ocurre al escuchar a los pajarillos mientras leemos un libro al aire libre o disfrutamos del mar en la playa. Los niños jugando en la tierra sienten esa sensación de paz y serenidad tan propia de estar en contacto con la naturaleza.
La tierra además es una gran vehículo para que los peques experimenten las texturas y las formas. El desarrollo de la motricidad fina es otra de las grandes razones para que tu hijo juegue con la tierra. En especial, si se trata de niños de poca edad. La tierra permite experimentar texturas y si además se añaden ramas, piedras o agua todo se vuelve más enriquecedor.
Jugar con barro, tocar la tierra, animarse a crear formas y desarrollar la imaginación. La naturaleza invita a la diversión desde un lugar muy lúdico y creativo. No hay nada malo en que un niño se ensucie, todo lo contrario. Además de aprender y desarrollar habilidades, jugar con la tierra creará memorias imborrables en la vida de tu hijo.