No son lo mismo: ¿qué sabes sobre la intolerancia a la lactosa y la alergia a la proteína de leche?

Botellas de leche sobre la mesa

Aunque muchas veces son utilizados para hacer referencia a los mismos síntomas, la intolerancia a la lactosa y la Alergia a la Proteína de Leche de Vaca no son lo mismo. Es muy importante que se conozcan y se sepan abordar, especialmente cuando el afectado es un niño.

Para empezar la APLV es una manifestación alérgica (como su propio nombre indica) que se presenta con reacciones de las denominadas inmediatas, entre las que están vómitos (propulsivos), reacciones en la piel, diarrea que empieza súbitamente, tos, urticaria, hinchazón de los labios…, lo que ocurre es que se liberan histamina y serotonina, debido a la aparición de anticuerpos IgE que actúan contra la caseína (una de las principales proteínas de la leche).

En una alergia alimentaria (y la APLV lo es) el sistema inmunitario reacciona de forma exagerada ante una o más proteínas presentes en la leche de vaca, y ¿cuál es la forma más eficaz de evitarla? pues rechazar la ingesta de tal proteína. Es todo el sistema inmunológico el que está en juego, y en ocaciones la vida de la persona alérgica puede estar en juego si se sufre un shock anafiláctico.

Bebé tomando biberón

Bebés con alergia a la proteína de leche de vaca

Aprovecho para recordar que el mejor alimento para un lactante de menos de 6 meses es la leche materna, que se puede continuar ofreciendo junto con la alimentación complementaria (idealmente hasta los 2 años). En los casos en los que se suprime la administración de leche de la madre (formulada naturalmente para las crías humanas), se opta por leches denominadas artificiales, elaboradas a partir de leche de vaca.

Estas fórmulas normalmente son bien aceptadas, pero pequeños porcentajes de bebés presentan APLV durante el primer año de vida, y tras ser diagnosticados. deberán tomar leche con formulacion especial. Cabe mencionar que en algunas ocasiones, los bebés amamantados también pueden presentar alguna reacción alérgica, si la madre toma leche de vaca o derivados, pero la solución a este problema es sencilla, ya que consiste en eliminar determinados alimentos de la dieta materna. Niña comiendo yogur

La intolerancia a la lactosa no es alergia

Ahora vamos con la intolerancia a la lactosa: el cuerpo no puede digerir lactosa y afecta al sistema digestivo (sin que sea una reacción alérgica); es conocida también como alergia no IgE mediada. La mala absorción puede ocasionar diarrea, dolor en el abdomen, hinchazón, diarrea. La lactosa es un azúcar presente en la leche, y en personas intolerantes la ausencia de la enzima lactasa que permite su absorción, es lo que causa el cuadro de manifestaciones.

Por lo tanto, no es necesario la exclusión de leche y derivados de la dieta, ya que pueden ser sustituidos por productos ‘sin lactosa’ (hoy en día habituales en las grandes superficies); y siempre se debe tener en cuenta que en caso de prescindir de la leche, yogures, quesos, es importante asegurar la presencia de calcio en la alimentación de los niños. Respecto a los licuados vegetales (de arroz, de avena, de almendra, de soja, de nueces, de quinoa…) recomiendo revisar esta entrada de Jesús Garrido en Mi Pediatra Online.

El proceso de una niña o un niño diagnosticado con una alergia alimentaria (APLV u otras) debe ser estrictamente revisado por un médico), lo cual no quiere decir que los padres no puedan buscar otras fuentes de información, asegurándose de que sean fiables.

Helado de leche merengada

A continuación presentamos las principales diferencias:

  • La alergia es causada por una proteína, la intolerancia por un azúcar (lactosa).
  • La alergia afecta al sistema inmunitario, la intolerancia solo al digestivo.
  • La alergia causa reacciones súbitas que se desencadenan rápida, y hasta violentamente; la manifestación de una intolerancia puede presentarse días después de haber ingerido el alimento.
  • Una persona alérgica no debe tomar ningún alimento que contenga proteína de la leche (lácteos o elaborados); una persona con intolerancia puede consumir lácteos ‘sin lactosa’.
  • La exposición a proteína de la leche puede desencadenar shock anafiláctico; una persona intolerante evita lácteos con lactosa, pero si se expone, su vida no corre riesgo.

Leche

¿Cómo distinguir la proteína de la leche en las etiquetas?

Las personas alérgicas, y los padres de niños con APLV, evitan la leche, la mantequilla, el queso, el yogur, las natillas, la nata, la cuajada, los batidos, el flan y cualquier alimento que los contenga. Se debe prescindir también de las galletas y bollería elaboradas con leche o derivados, y de los turrones. Están prohibidas la lactalbúmina, los sólidos de suero animal, el suero de leche, el fosfato de lactalbúmina, y otros.

Además hay que tener mucho cuidado con las etiquetas, eludiendo comprar aquellos alimentos en cuyo etiquetado se especifique sabor artificial a mantequilla o manteca, proteína hidrolizada, aceite de mantequilla, … a no ser que se especifique claramente la fuente, y no sea una proteína animal. Obviamente, optar por alimentación a base de ingredientes básicos cocinados en casa, es lo más seguro; y es necesaria una coordinación muy estrecha con e comedor del colegio, así como dar instrucciones precisasa a amigos o familiares que nos ayuden a cuidar de los niños. A la hora de comer fuera de casa, conviene consultar con el personal del restaurante, por los ingredientes de los platos.

¿Y cómo detectar la lactosa en los alimentos no lácteos?

Está claro que la persona intolerante puede tomar cualquier de los alimentos lácteos ‘sin lactosa’ que ya son frecuentes en super mercados y superficies comerciales (no así los alérgicos porque se expondrían a la caseína), pero ¿y qué hay de esos alimentos no lácteos elaborados con lactosa? La etiqueta ‘contiene lactosa’ nos da una pista clara, pero no siempre es tan fácil. Si en el etiquetado aparecen: azúcar de la leche, suero de leche, mono hidrato de lactosa, ‘azúcares’ (conviene fijarse), leche en polvo, crema de leche, etc. es que debemos evitar tales productos.

Mencionar por último que la alergia a la proteína de leche de vaca (APLV) ocupa el tercer lugar entre las alergias alimentarias. Y (esto es importante) se deben evitar también las leches de cabra y vaca.


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