Llanto infantil, ¿cuándo es un signo de alarma?

Llanto infantil, ¿cuándo es un signo de alarma?

El llanto infantil es una respuesta natural de los bebés y niños. Cuando no conocen el habla humana y no se pueden comunicar, comenzarán a hacerlo de tal forma, siempre por algún tipo de malestar o para expresar una necesidad. Será su forma de expresión y para ello los padres debemos de conocer dichas señales.

Todos los niños lactantes y los niños pequeños lloran, es la única manera de expresar sus necesidades. Sin embargo, el llanto excesivo ha de analizarse. Cuando se han cubierto todas las necesidades del bebé o el llanto continúa mucho más tiempo de lo normal, hay que hacer un análisis rápido para conocer los motivos.

¿Cuál es la causa del llanto infantil?

Como hemos descrito, todos los bebés y niños lloran antes algún tipo de respuesta personal. Es la forma de expresar una necesidad y puede abarcar diversos aspectos. Hay que reconocer que ver llorar a un niño llega a ser estresante y en el 95% de los casos tal hecho llega a ser de forma natural, en el otro 5% de los casos podría considerarse como un problema médico.

Hay que conocer que el lenguaje de los niños que no saben hablar se desarrolla de esta forma natural, lo utilizan para captar su atención e intentar cubrir sus necesidades. Las causas por las que llora un niño pueden ser dispares, hay que analizar que no tengan ninguna enfermedad tras el llanto y controlar que dicho llanto no sea excesivo por otro tipo de causas.

  • Durante los 3 primeros meses de vida, el bebé llega a llorar hasta 2 horas al día. Después llorará mucho menos y lo hará de forma gradual. Su respuesta se crea por tener hambre, incomodad de un pañal mojado o por el miedo a la separación de sus necesidades. Cuando se suple lo que reclama deja de llorar.

Llanto infantil, ¿cuándo es un signo de alarma?

  • También existen los llantos nocturnos, sobre todo cuando tienen dificultades para quedarse dormidos. La fatiga y el sueño son dos causas muy comunes. Se puede calmar al niño, pero es importante que se intente dormir solo, aunque sea difícil.
  • A partir de los 3 años, los niños suelen tener terrores nocturnos y suelen durar hasta los 8 años. Hay que intentar consolarlos, aunque en la mayoría de los casos no son conscientes de los que está ocurriendo, ni si quiera se acuerdan al día siguiente de lo que ha pasado.
  • Los bebés en sus primeras semanas de vida tienen la aparición de cólicos de lactante y que alargará hasta los 3 o 4 meses. Generalmente estos llantos son repentinos, incluso suelen ser inconsolables. Para poder ayudarlos, se puede flexionar las piernas hacia el abdomen suave y repetidamente para que se expulsen los gases.
  • Otro de los llantos más comunes suele repetirse cuando el bebé tiene hambre y pide desconsoladamente la toma por lactancia materna. En muchos países se suele ofrecer la leche a demanda, pero en casos concretos se introduce el biberón para completar las tomas y dónde el bebé termina realizando el destete precoz.
  • Los problemas de salud suelen ser otro de los casos del llanto, pero en esta ocasión suele ocurrir en un 5% de los casos. Hay que hacer una revisión general y buscar si se pueden encontrar otros indicios que relacionen la causa con algo importante. Si es así, acude al pediatra para una revisión.

Los padres tienen que conocer cómo deben de responder hacia el llanto. El contacto físico es la mejor forma de calmarlo y se les puede arropar cogiéndolos en brazos. El llanto suele producirse con un patrón y aquí los padres han de conocerlo para detectar que no ocurre nada malo. Es importante, que a la hora de atenderlo los padres estén calmados, ya que la idea es poder transmitir tranquilidad y no nerviosismo.

Llanto infantil, ¿cuándo es un signo de alarma?

¿Cuándo el llanto del niño es preocupante?

Existen signos que deberíamos de analizar para observar si existe algún tipo de incidencia, sobre todo cuando el llanto no cesa y es recurrente e incontrolable. En estos casos, hay que acudir a un centro médico.

  • Analiza si tiene fiebre y la cara enrojecida debido a algún tipo de resfriado. También puede tener fiebre por otro tipo de causas.
  • Si tiene dificultades para respirar.
  • Hematomas en la cabeza o en alguna zona del cuerpo, arañazos o molestias en los ojos.
  • Agitaciones o contracciones anormales en cualquier parte del cuerpo.
  • Cuando mueve alguna parte de su cuerpo y no puede realizarlo.
  • Otros motivos y que no podremos descartar, son molestias digestivas, las más frecuentes es la intolerancia a la lactosa, el reflujo gastroesofágico o el estreñimiento.
  • Infecciones con grandes molestias, como la de orina, otitis o infección vírica.

¿Cuándo acudir al médico?

Es lógico que ante cualquier evidencia física y que no se pueda solventar, necesite una revisión médica. En otros casos que se ha de acudir es cuando el niño tiene fiebre, vomita o a dejado de comer.

Siempre hay que seguir el protocolo básico si no existen signos, tales como cambiarle el pañal, hacer que expulse los gases y sobre todo abrazarlo. Pero si el llanto continúa, sin signos aparentes y es descontrolado, sería conveniente acudir al médico para una evaluación.


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