Halloween es, sin lugar a dudas, una festividad de disfrute, y sobre todo cuyos protagonistas son los niños y sus familias. La noche de miedo por excelencia, se convierte en una ocasión para pasar tiempo compartiendo y gritando de emoción. Seguidamente algunas ideas para pasarlo estupendamente en familia.
Halloween: la fiesta del terror más divertida
Parece contradictorio que una fiesta donde la sangre, máscaras, gritos y personajes de terror no pasan desapercibidos, atrae a tantos participantes. Los niños salen con sus padres para asustar y dejarse asustar. Se va extendiendo la tradición de “truco o trato”, es decir, pedir caramelos por las casas. Esto hace que las familias se animen a acompañar a sus hijos y disfrazarse también.
No existe un plan único, pero sí la iniciativa de muchos de no pasar esa noche por alto, y ponerse las mejores y más terroríficas galas. Días y semanas antes, los niños se ilusionan por vestirse del malo que más les gusta e incitar a sus padres o resto de familiares a seguirles, y formar un peculiar equipo. Los buenos momentos en un grupo más extenso, y con gente de tanta confianza, están asegurados.
Planes en familia para la noche de miedo de Halloween
- Viajar: Sumando varios días de descanso lectivo, una posibilidad es darle al niño la sorpresa de viajar en familia a algún lugar, aunque no sea muy lejano. Como en casi todo el mundo se celebra Halloween, el niño podrá divertirse alejado de la monotonía, y ver cómo celebran esa noche en otros lugares.
- Cenar e ir a una fiesta: Ya es habitual que hoteles y salas de eventos aprovechen este día para preparar alguna fiesta donde familias e hijos puedan ir disfrazados. En algunos de estos sitios ofertan una fiesta donde se puede bailar e incluye algún tentempié. En otros, la cena es más elaborada, con un rico menú, que concluye con la reunión de personajes disfrazados. Puedo haber incluso, un concurso para elegir el mejor traje.
- Quedarse en casa: Padres e hijos pueden pensar en diferentes juegos como: decorar calabazas logrando la más terrorífica, o cuentos de terror o películas de miedo (siempre y cuando sean para niños y se sepa que el niño va a reaccionar de buen modo). También será entretenido elaborar dulces que asusten y sepan de miedo. Y si aún no se ha decorado la casa o se quiere pensar en otro disfraz o máscara, otra opción es hacer talleres y colocar objetos de terror, logrando imaginarse en el pasaje del miedo.