¿Qué deben saber los padres sobre la salud mental?

Siempre se ha dicho que un niño sano es un niño feliz, sobre todo a nivel mental. Los padres deben conocer la importancia de la salud mental para el correcto desarrollo emocional de sus hijos. A continuación vamos a hablar sobre la salud mental y cómo los padres deben afrontar síntomas que anuncien problemas mentales.

La salud mental

Es frecuente que los padres se sientan perdidos y no sepan atajar los problemas mentales de sus hijos. Muchas veces este tema no logra la suficiente importancia o no se conoce como atajarlo ni valorarlo convenientemente. Niños que tienen problemas mentales en su infancia tendrán problemas de desarrollo en su  adolescencia y probablemente vida adulta.

La detección y tratamiento son puntos clave para que el niño no se encuentre apartado en la sociedad. Diferentes entidades deben velar por el bienestar mental del menor ya que es un tema que afecta a todos. Para la prevención en daños mentales, los padres necesitan asesoramiento en diferentes vertientes sociales.

Tanto padres como hijos deben saber más acerca del tema para poder discutirlo y afrontarlo. En la primera infancia es esencial la intervención temprana y poder tener acceso a tratamientos psicológicos previos tratamientos farmacológicos. La terapia que incida en la conducta puede servir de ayuda tanto a padres como a los hijos.

Recomendaciones para afrontar la problemática mental en los hijos

Se dice que la salud mental implica el bienestar psicológico, social y emocional de una persona y cómo afecta a su vida diaria. Un ambiente con un nivel social y económico bajos, la predisposición genética, conflictos en el hogar…, condicionan la salud mental del niño, normalmente menor de 10 años. Algunos aspectos que pueden ayudar a tratar esta problemática:

• El niño no debe verse marginado: Cooperar en favor del bien social favorecerá su sentimiento de validez y autoestima. Debe poder confiar y abrirse al resto de personas y relacionarse con niños de su edad. Con la cooperación entre padres y profesores se logrará que el niño responda a objetivos y sienta que triunfa en aspectos de su interés.
• Los padres deben enseñar al niño a superarse y enfrentarse a los inconvenientes diarios: Debe alentarse al niño cuando no se crea capaz de seguir su  compromiso para con él. En consecuencia el niño ha de sentir que puede mejorar y salir del bache.

• El pequeño necesita sentirse seguro: El entorno familiar y escolar son la base de la salud y desarrollo mental del niño. El niño no debe afrontar situaciones de violencia, acoso, estrés o desatención, sino conocer lemas de cordialidad, respeto y superación. Las reglas de convivencia que imperen en casa y el colegio deben ser claras.
• Deben fomentarse en el niño habilidades sociales, técnicas para resolver conflictos y tomar decisiones: Celebrar su buen comportamiento, acciones acertadas y objetivos cumplidos reforzarán su buen hacer.
• Debe promoverse la vida saludable, deporte y correcta alimentación: Ayuda a que el estrés disminuya. El descanso es importante, reduce la ansiedad y depresión y mejora la salud mental.
• Los psicólogos u orientadores escolares pueden asesorar al niño y al padre sobre los servicios existentes de salud mental, identificación de problemáticas, intervención… Los colegios deben colaborar con servicios de salud mental. Será conveniente que puedan derivar al niño con consentimiento de sus padres y proponerle para su atención.

Concienciación sobre la salud mental de los niños

En la sociedad debe existir una concienciación en salud mental en el conjunto de integrantes y entidades relacionados con la educación del niño. Capacitar a los educadores con herramientas para detectar, trabajar con los niños y apoyar a las familias es un ideal a cumplir. Como resultado los padres necesitan tomar conciencia y por ello son necesarias charlas e información constante. Los padres no deben olvidar:

• Establecer normas.
• Trabajar en la relación y comunicación con su hijo.
• Educarle positivamente.

La información para los padres puede recavarse en jornadas educativas, con profesionales del ámbito sanitario, terapeutas… Es propicio abordar también temas como la depresión, ansiedad o suicidio, temas que normalmente se tocan superficialmente o se ignoran. Sin duda alguna el tema de salud mental es decisorio para lograr una calidad de vida óptima.